Medida de aseguramiento en establecimiento carcelario le fue dictada a Sandra Isabel Restrepo y a Erik Jeison García por los delitos de concierto para delinquir, hurto por medios informáticos en concurso homogéneo y falsedad en documento público, por parte del Juzgado 2° Penal Municipal, con funciones de control de garantías de Armenia (Quindío).
En la foto: Los Capturados Sandra Isabel Restrepo y a Erik Jeison García
La pareja fue detenida por servidores del CTI Seccional solicitados por un fiscal local mediante orden emanada por el Juzgado 4° Penal Municipal, con funciones de control de garantías de la ciudad, por estar involucrados en una red que mediante la modalidad del cambiazo de tarjetas de crédito, hurtaron dinero a varias víctimas clientes del banco Colpatria por una suma cercana a los $70 millones de pesos.
Precisamente su captura se produjo en un almacén del centro de la capital quindiana, cuando realizaban compras con unas tarjetas de crédito que días atrás le habían hurtado a una mujer quien los atendió en su residencia. De igual manera se realizó registro y allanamiento encontrándole en sus viviendas extractos bancarios, tarjetas, portafolio de servicios de la entidad crediticia, y varios elementos que los comprometen directamente con la investigación.
A través de la asociación de 8 casos, labor realizada por la Sección de Análisis Criminal (SAC) del CTI, se logró establecer que desde el año 2014 varias personas, entre ellas una mujer entre los 30 y 35 años, quien vestía con uniforme de la entidad bancaria mencionada y un hombre de la misma edad, contactaban a sus víctimas con edades que oscilan entre los 50 a 70 años para ofrecerles productos tales como tarjetas de crédito con exoneración de cuota de manejo, así como reducción en los intereses por compra y el doble del cupo con el que contaban en el momento.
Luego se presentaban en la vivienda u oficina de los tarjetahabientes, se presentaban con un carnet falso, simulaban llamar a la línea 018000 del banco donde le decían al supuesto asesor en línea que se encontraban con el cliente para que por favor radicaran los beneficios en el sistema.
Una vez hecho esto, procedían a solicitarle a la víctima que les entregara la o las tarjetas de crédito para ser destruidas delante de ellos, una vez tenían el plástico en su poder procedían a solicitarle a los incautos unas tijeras para picar la tarjeta, por lo que aprovechaban el momento para realizar el cambiazo, es decir, cambiar las tarjetas reales por unas falsas, y en cuestión de segundos destruían estas últimas.
Es así como la victima quedaba convencida de que sus tarjetas habían sido destruidas; por último los timadores les solicitaban aportarles el último extracto y la clave, todo esto, para conocer cuánto era el cupo real y poder realizar en el menor tiempo posible los avances y compras. Antes de retirarse de lugar, los hoy asegurados les indicaban a sus víctimas que los plásticos nuevos les llegarían a sus casas. Y así realizaban todas las transacciones comerciales posibles comprando ropa, celulares, equipos de cómputo, tabletas, electrodomésticos, entre otros, hasta vaciar la tarjeta.
Fuente:
Paola Andrea Atehortúa Mejía
Dirección Nacional de Comunicaciones, Prensa y Protocolo, eje cafetero
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