Don Emilio Valencia Díaz respondió al exmagistrado Jorge Arango Mejía

Don Emilio Valencia Díaz respondió al exmagistrado Jorge Arango Mejía

Ante la aleve columna que el exmagistrado Jorge Arango Mejía escribió y público en contra de don Emilio Díaz, el patriarca del Partido Liberal, le respondió con su acostumbrado estilo, el respeto.

Ser político no es ser corrupto

Emilio Valencia Díaz

La vida no me dio la oportunidad de estudiar. No fui al colegio, ni tampoco a la universidad, como sí lo hizo el doctor Jorge Arango Mejía. Nací en un hogar humilde, no soy de cuna de oro como el distinguido exmagistrado.

Aprendí en la universidad de la vida, donde la enseñanza del día a día quizá es más profundas que en las aulas de los claustros superiores. Por eso, no me arrepiento a mi edad de 95 años, de haber sido carretillero, y por el contrario soy feliz al poder cantar con Enrique Alessio y Alberto Castillo el famoso tango ‘Yo también carrero fui’.

Me acusa el doctor Arango Mejía de haber sido lavador de vasos y barrendero en bares de Armenia. No lo niego, esos fueron mis primeros trabajos, de los que me enorgullezco porque los ejercí con honradez. Que fui dueño de varios cafés de estos, también es cierto. Pude trabajar y ahorrar hasta comprar el negocio donde laboraba, a lo que aspira todo hombre, ser dueño de su propia empresa.

Incursioné en la política con Ancízar López, y a nombre del partido Liberal fui concejal de Armenia y diputado del Quindío. Si eso es deshonroso, si eso es ser corrupto, entonces también lo fue el doctor Arango que fue gobernador bajo la tutela de Ancízar López y de ese mismo  partido, el Liberal. Jamás me apropie de algo que no me correspondiera durante el ejercicio de mi derecho como concejal o diputado, y si alguien conoce o sabe de un acto de corrupción de parte mía, que lo denuncie ante las autoridades, o que lo haga el propio doctor Arango si lo conoce y tiene pruebas, que todavía, a mis 95 años, tengo agallas para responder ante cualquier autoridad por mis actos.

Durante 16 años fui congresista. Y apoyé todas las causas buenas para la nación. Con mi voto salieron adelante varias reformas, aunque no hubiera sido el gran orador o el polémico político en el uso de la palabra en el Capitolio.

Y como en el concejo o la asamblea, si alguien tiene una denuncia o una queja de corrupción de parte mía en la Cámara o el Senado, que lo denuncie ante una autoridad competente, incluso usted, doctor Arango. Durante 68 años le he servido al partido Liberal, y hace más de treinta vengo al frente del mismo, llevando a sus dignatarios al concejo, a la asamblea y al Congreso, a las alcaldías y a la gobernación sin pedir ninguna contraprestación a cambio y manteniendo vivo el pensamiento social  demócrata del partido Liberal, en defensa de los menos favorecidos.

Ser político no es equivalente a ser corrupto.  Mi vida toda ha transcurrido sin tacha. Hice empresa en el Quindío, a través de una actividad legal, el chance, que paga más impuestos que muchos otros que se creen de mejor familia.  He generado miles de empleos directos y otros miles indirectos. Y si eso es un pecado o es deshonra, que me condenen. Muchas mujeres y hombres sacaron adelante sus familias siendo empleados de estas empresas.

Estoy en el ocaso de mi vida, próximo a los 100 años, pero sigo siendo el mismo, el hijo de aquel humilde carretillero que llegó un día a la ciudad, y que con esfuerzo e inteligencia logró salir adelante, con mis defectos y debilidades, que no dejo de reconocer.  Y moriré con la frente en alto, muy a pesar de algunos perfumados de la ciudad, que se morirán de envidia, rumiando sus rabias porque un humilde lavador de vasos de un café de Armenia logró superarse y ser el jefe liberal.

Fuente: La Cronica.com

Imagen: Colombia para todos.net